martes, 10 de septiembre de 2019

...Here and back again: de Winchester a Poole

La última vez que usé este blog fue hablando de la independencia de Cataluña, la votación y todo el lío que se montó. Qué tiempos... acabábamos de mudarnos después de 7 años en Aberdeen - hacía unos 7 meses que habíamos venido al Sur.
Entonces vivíamos en Winchester (una ciudad pequeña y muy elegante, pausada, muy bonita). Mi marido con su trabajo, yo con el mío (otra vez con nenes de 0 a 5 años, mmm, y disfrutando con bebés preciosos dando rienda suelta a mi ansia achuchonadora, que de paso sea dicho, los pequeños disfrutaban) y A y V felices con su colegio y sus amigos. Playdates, sleepovers, horas y horas de juego, confidencias, planes.... (a ver que lo primero lo pongo en inglés porque es más rápido y fácil, pero vamos, que se trata de  quedar a jugar y dormir en casa de amigos)






Nuestra casa, aunque pequeña, estaba en una urbanización de reciente edificación donde había cantidad de familias, y con un parque al lado donde estos hijos míos se pasaban más tiempo que en casa. Salían, entraban, patines aquí, fútbol allá, con buen y mal tiempo. Un lugar que ya nos había hecho hueco en el corazón (en mi caso sobretodo porque había hecho enseguida amigas con las madres de las de V y del trabajo). Que otorgaba estabilidad tras un inicio un tanto rocoso: A crece, las hormonas se vuelven locas y empezamos la pre-adolescencia y el estirar de límites y el desafío que nos ha llevado a momentos de mucha tensión;  el trabajo en el que no podía dar lo mejor de mí, pero que tras un cambio a finales de año empecé a sentirme más que a gusto. Y en el que descubrí unas compañeras que son unas maravillosas personas, de las que me hice amiga, que iban de los 20 a los 45 años, casi nada. Un trabajo que además era de medio día, así que podía atender mi casa y a mis monstruos. ¡Hasta conseguí hacerme un curso de ELE, yo, que no acabo gran cosa en esta vida,  en el mismo mes que me mudaba!! (palmaditas en mi espalda).
Donde todos teníamos nuestros hobbies: marido y la fotografía en su club, y piano con A; V con gimnasia; A y V con teatro y street dance.... y yo con mis libros de historia y mis dibujos y participando de vez en cuando con el APA del cole (aquí llamado PTA).

Pero dos años después, cuando ya la rutina se asienta y lo único que me apetecía era una casa más grande (o tirar un montón de cosas) porque parecíamos sardinas en lata, no es sólo una casa más grande lo que hemos encontrado. Es otra ciudad. Es volver a empezar... otra vez. Casi que de 0. Starting  from scratch (me encanta como suena esta palabra, scratch, como algo que ha sido arrasado hasta los cimientos y hay que reconstruir). Ras. Un solar vacío.


Poole es un lugar pequeño, costero, al lado de Bournemouth, con un puerto encantador en la zona antigua; estamos cerca de playas y de la llamada Costa del Jurásico, en el condado de Dorset. Es bonito. Pero aún no es nuestro, no está su hueco en el corazón.... Cierto es que lo tenemos ensanchado de tantos lugares y tanta gente maravillosa de todo el mundo que hemos ido encontrando y siempre se puede añadir más, pero aún no... Ya me gustaría que fuera con un chasquido de dedos.






A empieza secundaria lejos de sus amigos, ahora en una edad tan importante, y V empieza de nuevo en otro cole sin el apoyo de su hermano y teniendo ambos que conocer gente nueva. Que lleva tiempo, y aún estamos con los detalles de la casa nueva y haciéndonos a rutinas nuevas (llevarlos y traerlos en coche, el haber terminado yo de trabajar  en Junio para organizar mudanza de Julio, que incluía buscar colegios que tengan plaza para mis miquillos y una buena calificación en OFSTED - que son las inspecciones escolares de aquí -; encontrar una casa que se adapte a lo que queremos y necesitamos y  las actividades fuera del cole que quieran hacer y  cuadrar horarios). Algo que ya hemos hecho con anterioridad (de hecho hasta el desmontar cajas ha sido acelerado, la experiencia es un grado, y que contamos con una muy buena compañía de mudanza como la que tuvimos  -  eso, y las dotes organizadoras del marido que ya son la leche...). Pero pufff, resulta más cansado, no tan excitante. Con un poco de temor y un mucho de ansiedad. ¿Estaremos bien? ¿Irá todo bien? ¿Es normal estar tan ansiosos? ¿Es cierto que una mudanza es un cambio muy fuerte? ¿o es que soy una agonías (que lo soy) y tampoco es para tanto? ¿Es la edad que me pesa? ¿o qué?

Cuando eres más joven y los niños más pequeños te acoplas más o menos rápido, y los nenes se adaptan a tí, pero cuando son más mayores, conociendo sus personalidades y los pequeños escalones en independencia que van ganando, ya las preocupaciones cambian. En mi caso, me vuelvo más ansiosa por los siguientes temas: amigos, buenos colegios, buena gente....

Otra cosa también es mi vida: he vuelto a parar de trabajar, a parar de sacarme un título de Early Years, y aunque intento ver el cambio como un "chica, pues ahora la oportunidad de lanzarte a por todas en lo que quieras" también lo veo como "ufff, no otra vez, no puedo más".  De vez en cuando tengo una chispa de inspiración y me veo como el póster de Rose the Riveter y oye, sin problemas, pero las más de las veces es un globo que se deshincha y va dando bandazos de aquí allá  haciendo pitidos hasta que se queda sin aire todo arrugado en el suelo.

Hay que darle tiempo al tiempo y esperar. Lo malo es que a mí se me da fatal esperar....

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