martes, 2 de marzo de 2021

Covid 19 y sus mitos II: experiencias propias

 Pues a esto llegamos a otra Navidad sin ver a la familia. Casi año y medio sin verlos "in live"... porque con Skype y móvil, pues sí. Y por mail. Y estamos sanos. Bien. Cansados por la situación ¿y quién no?, pero bien. 

Buscando nuevos modos de recargar energías distintos a lo habitual - ¿que era viajar? bueno, tenemos documentales de distintos países... y seguimos teniendo series y películas en Netflix y la tele. Y cuando abrieron - equivocadamente, como resultó después - la mano un poco, lo aprovechamos. Siguiendo las normas estrictamente: mascarillas, geles y distancias... pero eso nosotros, porque vimos también un montón de gente que se lo metía en el forro del cubrecaras.

Vimos que hay zonas en este país que están encerradas muchísimo más tiempo y sufriendo bastante más que el suroeste donde vivimos. Pero vuelven los casos a resurgir y ahora llega con una nueva variante: más contagiosa y potencialmente más grave. Pero el gobierno sigue sin hacer caso 100% a su grupo de expertos médicos (SAGE) y seguimos como si nada... hasta que se ven obligados a recular... empezó el colegio el día 4 de Enero, y se cerraron el mismo día. Excepto... donde trabajo. No, los niños no son significantes en la transmisión del virus. No.... y esa misma semana, 3 colegas mías cayeron de baja dando positivo. No en mi habitación (0-2) pero en la de 3-5. 

Primer mito a tomar por.... sí, los niños lo cogen. Y lo pasan. Y pueden ser asintomáticos, como los adultos. Pero probar a meterle un palito por la nariz o la garganta a un crío de 3, 4 o 5 años, por no hablar de meses, es de lo más difícil que se puede hacer. V cogió otro trancazo, y esta vez sí, sí hubo capacidad de test (negativo). Pero ya el cansancio y la tensión, las noches en vela, el miedo y la injusticia de sentir que tu area de trabajo no es importante, empieza a causar estragos mentalmente y físicamente, pues las demandas del trabajo en ese sentido también son muchas. Pero seguimos adelante.

Lo que me pareció tremendamente curioso es que el college (no es universidad y no es FP) nos metiera a los adultos en clases online y a los más jóvenes que eran (y son) los que pasan más de las normas/recomendaciones (ay, me da la risa floja junto con echarme las manos a la cabeza cuando Boris Johnson dijo aquello de que no quería meterse en las libertades individuales cuando empezó la primera ola y muchos policías sintieron y dijeron que no iban a perseguir los incumplimientos de estos, simplemente recomendar y aconsejar), les dejaban asistir. Como dicen en inglés WTF??? bueno, no pasa nada, allá que vamos. Y el segundo mito que cae es justamente ese. Los adultos de nuestra edad siguen más las normas que los jóvenes y transmitimos menos aunque nos afecte más.

Volvimos al trabajo pero eso sí, muchas guarderías públicas dependientes de escuelas no tenían tests laterales (para detectar anticuerpos y la existencia de un virus en tiempo récord en el caso de ser asintomáticos) ya que la mayoría se dedicaban a los profesores - aunque estoy segura que también tendrían. Muchos profesores, sindicatos etc se quejaron de porque ya había anuncio de vacunas, muchos padres se estaban acogiendo a mandar a sus hijos otra vez al cole y si en el primer encierro los colegios tuvieron un 25-50% de niños (vulnerables o cuyos padres eran trabajadores esenciales) ahora era un 75% o más y esto estaba poniendo no sólo a los profes y demás trabajadores en riesgo, sino a ellos mismos. Remito al primer mito.

Gracias a Dios, mi lugar de trabajo nos ofrecía tests laterales cada semana y podíamos trabajar siempre y cuando diéramos negativo, pero si alguien de nuestra burbuja daba positivo, otra vez 10 días de aislamiento para asegurarnos no tener la enfermedad. Usábamos mascarillas y visores. Y aquí voy a desmontar el tercer mito: será que los niños de nuestra escuela son especiales, pero ningún niño se vio especialmente afectado (y por afectado quiero decir aterrorizado, traumatizado, cambiando su carácter habitual) por vernos con la cara medio tapada. Sí, hay niños que nacen viendo adultos con mascarillas y que cuando se los quitan se impactan y lloran. Claro, es un cambio. Lo mismo que si un niño tiene un padre con barba y cuando el nene tiene 2 años se afeita. Obviamente, a la primera de cambio no lo va a reconocer, ni que fuera tonto!!! Pero luego está el tono de voz, el modo de tratarlos, de jugar, la expresión de los ojos... y vuelven otra vez a su confianza habitual. Y nos ha pasado con niños que hacía semanas que ni nos veían!! (baste decir, ayer uno de mis nenes, que hacía SEMANAS que no me veía, me reconoció con mascarilla y todo, me volvió a llamar por mi nombre y me buscó todo el rato... Está muy cerca de los 2 años, pero no llega). Nos quieren y nos tratan igual, con mascarilla o con visor. De hecho, es hasta un juego para ellos intentar quitárnosla!! 

Los niños pequeños (y cuanto más pequeños más) tienen una capacidad que nosotros no tenemos: puede que su desconfianza o miedo se manifieste más ruidosamente que la nuestra de adultos, pero tienen una capacidad de adaptación y conocimiento brutal, gracias a que sus circuitos cerebrales están en formación y les permite aceptar y convivir con las situaciones, siempre y cuando sigan teniendo el colchón del afecto, del cuidado tanto físico como emocional. Pero no me meto más en esto que es complejo. Obviamente, su carácter individual cuenta, pero ASEGURO EN MI CASO, como profesional del cuidado infantil, que ni trauma ni nada que no hayamos podido superar. Y si ahora podemos, en cuanto vuelva la normalidad, podremos otra vez. Y si hay algo de lo que podemos y debemos estar orgullosos es de nuestros pequeños. Siempre. Y más ahora.

En febrero di positivo, tras semanas de aislamiento previas (un par) y tras un lunes donde el test lateral dio negativo: pues el miércoles di positivo. Alucino pepinillos aún que con mi asma no fue a más... pero estoy CONVENCIDA, fue de la guardería. Con el frío, sigue siendo un lugar cerrado, donde los virus "disfrutan" más aun teniendo ventanas abiertas. Los niños transmiten y padecen (vuelvo al mito uno) y nos tocó a  la habitación de los de 0 a 2. Todas. Horrible.... sólo tengo esa palabra.

La gente se queja de llevar mascarilla, de la falta de libertad de hacer lo que hacíamos antes... ¿cómo puedo explicar el horror de saber que has pasado el virus a tu familia? ¿que aunque tus síntomas sean leves - de hecho, yo no tuve ninguno de los tres principales, sino malestar, y la necesidad de usar el doble de veces o más los inhaladores, más cansancio y escalofríos - se lo has pasado a gente que amas y que lo pasan mucho peor que tu, con fiebre altísima, tos sin parar???? durante semanas además, y tienes que hacer de tripas corazón para no hundirte por tus hijos, estando al filo de un ataque de nervios por si empeoras o empeora y ansiedad intentando que todo siga como antes sin que el cansancio extremo que tienes te lo impida...  ¿Cómo puedo explicar lo mal que se pasa sin respirar? Y tengo mi historial médico desde bebé para explicarlo. 

¿Cómo puedo hacer entender la rabia, la tristeza que se siente cuando una compañera sabe que le ha pasado el virus a su marido y ha fallecido y ves gente que se queja de llevar una p**** mascarilla????? ¿o que el marido de otra se pasa dos semanas luchando en UCI por respirar, sin fuerza suficiente para comer ni respirar ni comunicarse por móvil? Gracias a Dios se recuperó. Y sigue la convalecencia en casa. 

Bueno, cómo voy a convencer yo, si ni siquiera se le hace caso a los médicos y enfermeras sobresaturados, exhaustos mental y físicamente, hundidos de ver que cada vez hay más gente joven cuando la vacuna va dándose a los más mayores... Y si no se les escucha ni les hace caso, pues a una mindundi como servidora mucho menos.

Lo que me enfada muchísimo por otra parte, pero después de este mes de febrero que nos dejó a los 4 fatal (pues tuve que controlar noches de fiebre de marido e hijos aun sin encontrarme yo en circunstancias físicas adecuadas) es que cuñados de turno de famosetes e infulanders tengan visibilidad para:

 1) negar las consecuencias y efectos del covid (digo Victoria Abril tras sus declaraciones, que se habrá metido de todo y se queja de la vacuna, pues hija, si bebes alcohol y fumas si es esto lo más suave que has hecho, no creo que la vacuna te vaya a causar más problema; o Miguel Bosé)

 2) gente famosa como, no sé, Vicky Martín Berrocal, o su hija u otros famosos de más o menos medio pelo, que se saltan los confinamientos de las ciudades como les sale del pie... Suerte que se podrán firmar sus documentos como que van a hacer un trabajo y viendo las redes sociales uno se pregunta de qué.... y sin mascarillas ni distancias... y una o 20 PCR no significa nada, vuelvo a decir... un lunes di negativo para que el miércoles siguiente diera positivo.

Una se siente idiota. Que la toman por imbécil. O por creída e inocente. Supongo que Bill Gates y otros conspiradores con las vacunas podrán controlar cómo cocinamos una paella o hacemos croquetas de jamón. Pero lo que si tengo claro es que con actitudes y ejemplos dichos antes faltamos al respeto a médicos y científicos cuya vida es trabajar con virus y enfermedades, que están en primera línea, que nos piden poco a cambio de mucho y faltamos también al respeto a enfermos, fallecidos y familiares.


Nunca fue tan fácil cuidarnos unos a otros. Creo que en otras épocas de haber podido hubieran hecho lo que hacemos hoy si así se hubieran salvado. Y no hacerlo y quejarnos por lo poco que nos pueda quitar este virus no es justo.



sábado, 20 de febrero de 2021

2 años de experiencias: depresión, Covid 19 y sus mitos (I)

 Puff la última vez que escribí fue hace 2 años....Estaba tratando de recuperarme de la depresión que me pilló en la mudanza de Winchester a Poole, y vaya vaya que viene este bichito punky y nos vuelve a todos y toda nuestra vida del revés. 

Organizar el mobiliario mental y que llegue esta avalancha puede resultar complicado. Y tras un año de virus, la verdad, no sé si está organizado, desorganizado o simplemente está ahora necesitando nuevos muebles y otro decorador de interiores. 

Por eso, tras la frustración que cogí en mi trabajo entonces que me iba reconcomiendo y provocaba que los recuerdos de Winchester y de mi anterior puesto en el colegio Westgate  como Trabajadora de Edades Tempranas me provocaran tanto dolor interno, el primer parón fue un alivio.

Pero matizo: España e Italia estaban copando las noticias con el devastador virus y las consecuencias de encierro, imposibilidad de salir y verse, de seguir con la vida anterior y aquí en Reino Unido aún estábamos en los mundos de "yupi", viéndolo pero el gobierno no hacía nada. Era extraño, fascinante y doloroso ver cómo mis amigos y familia tenían que encerrarse completamente. Y escolarizar en casa. Imágenes tipo "Soy Leyenda" o "Abre los Ojos". Fascinante en el peor sentido. Terrorífico ver los números de muertes y oír hablar a personal sanitario sobre el sufrimiento de familiares y el suyo propio.



Y llegó la misma situación aquí...mes y medio más tarde y ni de lejos tan duro como fue en España. Este gobierno hizo lo que hizo cuando lo hizo y aún seguimos pagando consecuencias. 
Pero personalmente, esos primeros meses de encierro desde Marzo fue un alivio: dejar el trabajo por cuestiones de salud (los asmáticos nos tuvimos que aislar totalmente por 12 semanas) y ayudar y apoyar a mis micos con sus estudios y trabajos online. 

Nunca me sentí (ni me he sentido) más útil. Preparar notas, actividades, estudiar para mantenerme al día, acabar cursos pendientes, y por fin!!! ponerme al día no sólo mentalmente sino físicamente. Hicimos cosas que si no hubiera sido por el Covid, no hubiéramos hecho. Buscando lo positivo de la situación, pasando muchas horas juntos y compartiendo diversión y trabajo, mostrando a A y V que aun difícil, se puede si uno quiere. Mejor que peor o peor que mejor, pero se puede. Montamos una piscina en el jardín y nos bañamos ahí en los días más calurosos. Hicimos picnics caseros... y cuando ya se nos dio permiso, nos bañamos en la playa de Sandbanks, por Dios qué fría estaba el agua!! Pero fue maravilloso!!!
Eso sí, manteniendo las distancias reglamentarias y no mezclándonos ni viendo a nadie...cosa no muy difícil para los adultos puesto que aquí no tenemos amistades.

esta es una foto de google, no de este verano tomada por nosotros.


Pero nada dura mucho tiempo... la gente se cansa y empieza a mezclarse, a meterse las recomendaciones en el forro de la mascarilla que teníamos que llevar en interiores. Como era verano, el virus se adormeció y se empezó a relajar todo, desde el gobierno permitiendo que saliésemos a comer fuera para reactivar la economía (nada en contra)  hasta el último mindundi.

Poco sabíamos que iba a venir otra ola que iba a ser incluso peor. Y que Reino Unido, siendo la que se lo había tomado más despacio aún teniendo ejemplos de otros países europeos, se iba a llevar la palma. 

Hubo una cosa que no entendí y que todavía espero que me la expliquen: sabiendo que en invierno los coronavirus se reproducen y que es pura fiesta con las bajas temperaturas y que estos virus se lo pasan pipa en colegios con niños, y sabiendo que pueden, si no pasarlo tan fuerte, transmitirlo... ¿Por qué volvimos a hacer como si no pasara nada? ¿y por qué no se retuvieron cantidades ingentes de tests en previsión de esto? Por lo visto, todos los virus respiratorios actúan igual: te tapan nariz, y la nariz tapada te cambia el sabor o lo anula; te da tos y dolor de garganta, por no hablar de la fiebre...Para ser elegible para un test, con un síntoma de estos podías hacerlo.  Y V fue la primera que sufrió uno de estos virus que derivó en bronquitis pero no pudo hacerse tests porque no había. Y no había porque había una cantidad masiva de gente enfermando solicitando tests. Así que cumplimos con el aislamiento "por si acaso", y V se curó con antibióticos. Pero qué semana....

Gracias a Dios llevaba conmigo reciente las sesiones (acabé en abril) de psicoterapia, había conseguido otro trabajo en una "guardería" (odio esta palabra) con niños de 0 a 5. Estaba estudiando en el college para sacar mi título de Edades Tempranas. Tenía fuerza. Tenía ánimo. Tenía la seguridad de hacer lo correcto. Tenía un proyecto de futuro. Tenía amigos en Reino Unido con los que estaba en contacto y nos animábamos mutuamente, a pesar del cansancio y el miedo. Y amigos en España que habían pasado un encierro mucho peor y seguían adelante. Familia que no había sufrido la enfermedad. AFORTUNADOS. Esa es la palabra. Sabiendo que hasta el planeta estaba teniendo un respiro de nuestra actividad. Viendo ejemplos de gente maravillosa - el capitán Tom Moore, los enfermeros y sanitarios, los que cantaban en los balcones y los niños dibujando y mandado cartas de apoyo a todos los que estaban en primera línea, chavales que hacían sus propios proyectos para recaudar fondos para servicios sobresaturados ....

Y por ellos, por todos ellos, era fácil ir hacia adelante. Añorando a familia y amigos, a los que iba a hacer un años y pico sin ver. Pensando en el sacrificio de todos los que habían perdido gente de la que ni siquiera se habían podido despedir, porque creo yo que del mismo modo la mayoría de gente está contigo al nacer, también uno quiero estar con gente cuando se va... en su casa, en su cama. O con alguien querido cogiéndole la mano. Por todo esto, una se sentía fuerte, y segura, y positiva. Agradecida. Y con mucha esperanza de que el mundo "aprendería" y saldríamos de esta mejor y más sabios.

Y en ellos viene la promesa de la vacuna. Oh, este 2021 iba a ser el año de la transformación!!