lunes, 29 de junio de 2015

Triunfo gay?

Y no lo digo peyorativamente ni nada por el estilo, de hecho lo debería titular "triunfo humano".
Aunque es triste que se le recoznocan los derechos a los gays se considere un triunfo - sí, lo es en cuanto que antes no existía - pero es que debería ser de cajón. No sé, mi posición es muy clara, y es que como siempre digo, a mismas obligaciones, mismos derechos. Es lo justo. Y por fin la justicia es legal. Aunque ha tardado la jodía....

Pero me sigo asombrando que esta decisión tomada por un tribunal (el Supremo) de un país que está a 7-8 horas de viaje en su costa este (EEUU) esté causando tanto revuelo y tanto impacto internacional. Supongo que es porque siendo un país avanzado, tan liberal en algunas cosas (algunas que es que asusta) y siendo la mayor potencia actual, aún había (y hay) lagunas e incongruencias que vaya tela!!.

Y me sigue asombrando que se trate de una manera religiosa. Porque ¿qué tiene que ver la religión con la legalidad? Una cosa son leyes, y otra cosa es Dios. Y sí, Dios tiene sus leyes, sus mandamientos, sus normas... y cada religión, como sociedad que es, también. Nadie ha obligado ni obliga a ninguna confesión a aceptar el matrimonio homosexual. Y no creo que pase nunca. Pero el Estado está por encima de eso, para no machacar a unos o a otros, es decir, intenta que todos estén contentos sin jorobar a nadie. Porque como dije, a mi no me hunden el matrimonio, ni mis hijos son menos felices (y por extensión los que me rodean, o al menos yo los veo igual de bien) un señor con bigote de Luisiana casándose con un rubio californiano. O de Huelva, que me da lo mismo. Mi matrimonio es cosa mía, y la felicidad de mis hijos también (mía y de mi costillar, claro). Con lo cual...no sé, me asombra que se use esta excusa. ¿Por qué no hacen un referéndum a ver si los heteros casados estamos peor desde que se han ido aprobando las leyes matrimoniales para los homosexuales?. Sigo cumpliendo años igual, me siguen saliendo canas igual, acabo igual de hecha polvo tras el trabajo y de feliz achuchando mis hijos con matrimonio gay que sin él. No sé, no me afecta. Para nada.

Otra cosa, y me asombra mucho, es usar la Biblia como el martillo de Thor, arreando que es gerundio. Que si Dios dijo y los profetas y demás... y como dijo eso, pues nada, que no se pueden casar. Ok, también Dios dijo muchas otras cosas que si lleváramos a cabo se nos saldrían los ojos de las órbitas y nos revolverían las tripas. Como estas, por ejemplo, referentes al matrimonio. Si aceptamos una - no hay matrimonio gay, es una abominación, etc, pues estas también ¿no? Sería justo, y lo que es peor, legal:- como en Arabia Saudí y otros lugares menos avanzados socialmente:



O disfrazar la condena con el amor, es decir, tanto te quiero que menudo puñetazo te arreo. El amor no golpea, ni siquiera el respeto ni mucho menos la indiferencia. El amor colma, llena, hace feliz... Pero si el amor condenara, golpeara, hiriera, no estaría la cárcel llena de maltratadores. A uno le puede gustar o entender o no, que para gustos colores y nadie puede obligar a nadie a que coma naranjas si le van las fresas. O las dos cosas. Y eso en algo sencillo, pues en algo complicado como los sentimientos, ya imagínate. 

Luego está que si los hijos serían gays... pero si los gays son hijos de heteros criados en ambiente hetero, ese axioma no vale, es falso. A no ser que los padres sean gays encubiertos...Pero se sigue usando.

Tengo contactos en FB y conozco gente que es muy firme en su condena o mejor dicho, su rechazo ante esta noticia (y otras) en base sobretodo a su fe. Y eso me duele, porque no lo entiendo. ¿No dijo Jesús también "Amáos los unos a los otros como yo os he amado"? Y mira que eso es difícil a veces, como para complicarlo más - ¿o a lo mejor lo hacen para que resulte más fácil ya que quitas un buen número de gente de enmedio? 


Me da pena porque me alejan de ellos. Pero esto también puede ser una prerrogativa de la edad, el decir "así no" y sin problema no cruzarnos en el camino de nuevo.


Y además porque cualquier avance que suponga integración, otra palabra fea, pero no hay otra; o igualdad, mejor, tendríamos que dar palmas con las orejas. Aun hay mucho por hacer y cualquier avance es más que positivo.... 

Yo creo que es un triunfo. De todos en realidad.



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