Bueno ya tenemos Papa, y uno de la pampa (risa me dio leer un comentario que decía "habemus Pampa", en referencia al origen de Francisco I, antes conocido como Jorge Bergoglio, y conociendo al que lo escribió, sé que iba con todo el cariño del mundo).
Me gustó el nombre que escogió, mi mente fue enseguida a Francisco de Asís (¡quién no siente cariño por este santo!),y a mi "paisano" Borja; me gustó el chascarrillete que hizo al presentarse en el balcón de la basílica y que rezara por el anterior Papa y me hizo muchísima gracia notar ese fuerte acento argentino, no sé, me lo hizo más próximo.
Pero obviamente, las reacciones no se han hecho esperar, ni en la base de la iglesia ni de aquellos que no pertenecen a ella y la odian profundamente.
Y no es que diga que no hay motivos para sentirse como poco desmotivado y desmoralizado, escandalizado, dolido y mucho más con la iglesia católica.
Mucho de lo que se piensa sobre la jerarquía u organización de la iglesia, la ha provocado ella misma con incomprensibles (para mí) actos y detalles. Ni lo obvio, ni lo negaré nunca.
Es simplemente que ni un día (con el anterior también pasó lo mismo) y ya están todos los trapos sucios saliendo a la luz y no es que me moleste (hombre, claro está que preferiría un ser de luz puro, limpio y sin mancha, pero a ver dónde encontramos a alguien así, que quien más y quien menos ha hecho algún pactito con el del tridente y cuernos, y vamos, que ya me gustaría a mí practicar el lanzamiento de piedras para afinar la puntería, lo malo es que... no puedo, ya que no soy un ángel inmaculado), pero caray, un respiro!
Muchos católicos conocemos y estamos metidos en el funcionamiento de la iglesia, vaya por delante que yo creo que la iglesia somos todos aquellos que queremos pertenecer a ella, estemos siempre al 100% a favor de todo lo que haga y proponga, como los que disentimos en algunas cosas o en la mayoría.
Y queremos cambiar, pero no vamos a ser cómodos ni dejar toda la responsabilidad en la jerarquía, creo que lo sano y lógico es empezar por nosotros mismos, porque al fin y a la postre, en la noche, en la cama, no puedo pensar si éste hizo o dijo aquello, sino qué he hecho yo para mejorar. A quién he animado con mis palabras o gestos, a quién he pedido disculpas si lo he herido, a quién he defendido y protegido, a quién le he pedido que ejerza su responsabilidad política de manera cristiana, al lado del que sufre y se deje de políticas que otra vez, disminuyen y empobrecen, física y espiritualmente etc etc etc
No creo que haya que menospreciar la vida y las decisiones que uno toma en ésta, mejores o peores, que van modelando la fe y el modo de vivirla y entenderla. Si no fuera así, como dijo a mi entender muy sabiamente una persona a la que admiro, tendríamos una fe prestada.
A lo que voy es que es increíble que tengamos el ojo puesto siempre en lo negativo, en lo que resta y no en lo que une, en buscar lo oscuro y reprobable y en, sinceramente, el insulto, solapado o directo.
Ya sé que suena de lo más victimista y todo eso, pero cuando aparece algo o alguien nuevo, que por x circunstancias (y por aquello de que la esperanza es lo último que se pierde) puede hacer cambios, o apoyarlos, o como poco hablarlos, lo mismo, el meter miedo, el despreciar ¿a qué viene? ¿no es entonces convertirse en todo aquello que estabas rechazando? ¿es que porque digo, decimos que somos católicos ya tenemos que ser perfectos o diana de pullas como lo son y han sido los judíos o los gays durante siglos, los comunistas durante décadas (por poner unos ejemplos)?
¿No está así descargando alegremente y sin preocupaciones la responsabilidad individual amén de tener una visión tan cerrada de esta "institución"- ya que la iglesia es sólo de cura y monja "para arriba"- como la que pueda tener la iglesia católica con, por ejemplo, el uso del condón?
Y no me vale, personalmente, el decir "es que como la iglesia lo ha hecho siempre, ahora que se j***", porque de nuevo, ahí está, la responsabilidad individual desaparece, y salen los niños de 3 años con el "y tú más, pues anda que tú....nananananana".
¿No tenemos derecho y la obligación casi diría yo de tener esperanza???
¿pero cómo va a ir el mundo - y lo pienso por todos - si siempre estamos en las mismas???
¿No tenemos derecho y la obligación de luchar por mejorar, por ver lo que es común, lo positivo y potenciarlo, siendo todos tan diferentes como somos?
¿Dejaré algún de picarme tanto??? ;D