domingo, 4 de noviembre de 2012

La iglesia de "Marta"

Hoy es domingo.
Hoy "debería" haber asistido a misa.
Pero no lo hice. He sido más Marta que María, y de unos años a esta parte, lo voy siendo cada vez más.
Y quiero ser María, pero con la edad, me cuesta.



Porque tengo claro lo que quiero y no doy mi brazo a torcer. Quiero una iglesia alegre, a la que estés deseando ir cada domingo - o martes o jueves - , que te remueva la conciencia, que te haga pensar, donde te llegue el mensaje de Jesús y te acompañe durante toda la semana en tus quehaceres,  que te motive, que te haga ser mejor, que te escuche!! y que no juzgue aunque guíe

Y existe, vaya si existe, porque yo la he vivido. El padre Jesús (tan entrañable), el padre Ernesto (divertido y enérgico), el padre Cristóbal .. siempre con palabras de ánimo, de cariño, atentos, que hacían de la experiencia de escuchar el mensaje de Jesús algo siempre nuevo y positivo, que no te dejaba indiferente. Por ponerle nombre - ya que mucha gente siempre piensa en iglesia = sacerdotes, obispos, arzobispos, cardenales y Papa (gran error, pienso yo)
Laicos que viven el mensaje de Jesús tan profundamente cada minuto de su vida, que reniegan de acomodarse en él y con alegría pelean para que su vida sea ese mensaje hecho persona.

Y gente que se tropieza con, sinceramente, minucias. Minucias de forma, de estructura, de sordera y de miedo - ¿pero miedo a qué?
La iglesia católica es capaz de mucho y muy muy bueno, y está siéndolo, lo hace, miradlo! Mirad más allá de sotanas y símbolos y cantos y festividades, y me duele sobremanera cuando sólo llega el ruido espantoso del daño que hizo, hace y sigue haciendo. Con sus comentarios faltos de amor o compasión, y actos que a veces me hacen preguntarme "¿qué hubiera hecho Jesús?". Y si todo el amor que es capaz de dar no llega o queda apagado por lo otro, es que hay algo que no funciona. Y si la gente se está alejando - y las Martas no consiguen ser Marías -  es porque hay algo que no funciona.
Y no hay que achacarlo siempre a que lo relativizamos todo, al espíritu materialista de nuestra época, etc etc. Hay que mirarse interiormente. Y escuchar, escuchar siempre. Como soy parte de la iglesia creo tener el derecho (y es más, la obligación) de pedirlo.

Desde las pequeñas cosas como que las misas familiares sean realmente para la familia, donde los niños sean hablados como niños y tengan su propio espacio cuando son aún demasiado pequeños para atender y escuchar - cosa que de nuevo aquí en Escocia no tenemos y que las confesiones protestantes tienen perfectamente organizado  y chocamos con la oposición del obispo, que quiere que niños de todas las edades estén presentes en la Eucaristía (aunque no tengan idea de lo que es) y participen.... participen llevando objetos que todavía no conocen al altar, que parece pura imagen! Dejemos que los niños se acerquen, pero de verdad!) - u organizar unas celebraciones más breves y pensadas para familias exclusivamente - . Esta es una lucha que estoy teniendo personalmente en la catedral de St Mary en Aberdeen pero no me siento escuchada, hay muros, paredes, límites que no pueden sobrepasarse y sí, soy extranjera, nueva y diferente en esta comunidad. No puede cambiar.  Y mi orgullo me come si pienso que ha de ser como pienso yo que sería mucho mejor. Pero creo que lo sé, porque de nuevo, lo he vivido.

Y de ahí llegar hasta grandes temas, como esta crisis que sí nos está comiendo a todos, material y espiritualmente.
No sólo con la magnífica labor de Cáritas, por ejemplo, sino combatiendo con el odio hacia el extranjero, combatiendo las políticas que no ven a las personas, sino que únicamente ven números. Contra el egoísmo del poder, contra el miedo a los que son diferentes (porque aman, piensan o actúan distinto a otros), contra el inmovilismo. Desde el púlpito, y sin miedo a acoger dudas ni preguntas. Saliendo a la calle y manifestándose al lado del que no tiene nada, del que está siempre siendo señalado y machacado. Estando todos juntos, siendo todos hijos y hermanos, pero no uno más que otros. Y menos ahora que el mundo está lleno de desesperanza y sin orientación.

Esa es la que me gustaría fuera mi iglesia. Donde todos contamos y todos participamos, donde Marta pudiera actuar como María  y donde Marta sea también celebrada.

Y ojalá yo también pueda ser así...





6 comentarios:

  1. Esther, sabes lo q a mI m hace gracia???(GRACIA NINGUNA, más bien RABIA, ...)

    Aquellos/as q van tooooooodos todiiiiiitos los días a misa, ayudan al prójimo LEJANO, ... Pero después al q tienen al lado LO MACHACAN

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. te entiendo!!! nos es más fácil pensar en grande, en lo lejano como dices, pero no vemos ni aceptamos a las personas de al lado, pensamos que son los que lo tienen siempre mas fácil y no merecen nuestra ayuda ni que los miremos. y es un enorrrrrme y gran error, y peor si es como dices de los que todos los días van a misa. Es muy cabreante, sí

      Eliminar
  2. A mi ya no me gusta definirme como católica, sí como seguidora de Jesús. Y ando, como tú, buscando mi pequeña comunidad donde compartir la fe. Porque claro que existe. Y la encontraremos. Mientras, podemos seguir caminando juntas, y con tantos compañeros de viaje a quienes les convence eso de vivir el Evangelio.
    Y mucho ánimo en tu lucha. Aquí en España sí hay misas para niños, pero tan diferentes según sea la parroquia a la que vayas...
    Mi sueño respecto a la celebración de la eucaristía es que esta ceda todo el protagonismo a la comunidad. Que sea esta la que lea las lecturas (incluido el evangelio), las comente, comparta su experiencia. Eso ya lo he visto por aquí. Pero voy más allá e imagino a quien celebra vestido O VESTIDA como cualquier otro.
    Esto creo que no lo veremos ninguna de las dos. Quizá nuestros hijos...
    Lo que tengo claro es que ya no voy a participar en ritos vacíos que no me dicen nada... seguiré buscando.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es como a mí me gustaría también, me encantaría algo sencillo y básico, como imagino debió ser al inicio y donde el ritual fuera lo de menos. No soy capaz de imaginar algo diferente a la estructura católica, se me hace raro. Pero como estructura nada más, y algo más animado, cooperativo, activo fuera de la iglesia. Para resolver lo que comentaba Reyes más arriba (que pienso yo sería la semilla inicial) y de ahí expandirse. Y que acogiera a los nenes como tales, también. Y espero que lo veamos nosotras también! :))

      Eliminar
  3. Sin una Iglesia que ilusione a la sociedad, inevitablemente acabará en una iglesia sin alegría y envejecida. Para acercarse a la gente no hay que hacer anuncios impresionantes en la Plaza de San Pedro. La gente se aleja de la Iglesia porque no parece ser la respuesta a sus interrogantes

    ResponderEliminar
  4. Y justamente al menos parte de ella, laicos y religiosos, están al pie del cañón, siempre.
    No sé si es esta dualidad la que le hace daño o que esperamos demasiado de sus miembros, que al fin y al cabo es gente imperfecta. Pero tiene una responsabilidad muy grande también.
    Cada vez me convenzo más que se necesita u otro concilio o reunión por país o por iglesia, donde la gente hable, hable, y pida por esa boca y se escuche.
    Por una vez dejarnos de normas y reglas que parecen corsés y sentarnos todos a hablar. Todos los que tenemos fe en que puede mejorar (y nosotros ser mejores con ella).

    Un beso, reina mora!! gracias por escribir!

    ResponderEliminar