miércoles, 7 de agosto de 2013

Bruma

Una semana y media de vuelta, tras una odisea que los peques llevaron asombrosamente bien (y no, repito, no es que los niños hijos de expats tengan un gen para viajar que haga que se porten de perlas, puesto que comen, se ensucian, gritan, lloran y se pelean exactamente igual que cualquier otro).
Quizá es tan simple como que están viajando desde que nacieron (casi, a veces hasta antes) y están más acostumbrados al estrés y cansancio, pero vamos, que se agotan y berrean, seguro.

Una semana y media en la que la búsqueda de "emociones" estivales en Escocia está siendo intensa - playdays, excursiones aquí y allá, y por favor, que no se nos olvide, deshacer maletas, lavar, planchar, avituallarse y volver a la rutina.
Aynnnnnnnmmmmmmmmmppppppppfzzzzzzzz, qué pereza que todo vuelva a recaer en las manos de servidora! después de 3 semanas en las que toda la familia ha disfrutado de lo lindo.
Sin tensiones ni malos rollos familiares - asombrada me hallo conociéndome, he visto un cambio en mí que me ha sorprendido para bien ¡que dure que dureee!!!;  sorbiendo el sol y la luz, la brisa marina como si mañana mismo acabaran; los peques disfrutando de cosas que no conocían (tradiciones españolas, como por ejemplo, un desfile de moros y cristianos; por otro lado parques temáticos y descansando unos días de sus papis - no muchos, en total 3 si llega - aunque con el entusiasmo infantil que nunca deja de sorprenderme, felicísimos de regresar a la gris Aberdeen).

Vuelta a preparar el regreso al cole, la ropa para los meses de otoño e invierno, y mirando con nostalgia las fotos tomadas en Oliva, el ensueño de Granada, la diversión con la prima, el agua caribeña de las playas (mmm, estaría bien poder decir que el agua del Caribe es mediterránea ¿no?) etc.



Si el Mediterráneo es luz y sol, Aberdeen es bruma y no puedo quejarme, ya que por lo visto este verano está siendo excepcional (Julio fue genial y Agosto no está tan mal....).
Aberdeen es gris, la ciudad de granito, y hay días en que uno puede ver las distintas tonalidades de ese color paseando la mirada desde el cielo hasta el asfalto.
Aquí ya dan ganas de hincharse a chocolate caliente y pastel de zanahoria, por ejemplo y de ponerse pijama de felpa, en resumen, recogerse. Aunque sea 7 de agosto, san Cayetano.

Estamos notando también que cuesta un poco - los peques andan pelín mimosones y rebotados, y menda anda a la que salta y con una buena dosis de morriña.

Y no nos queda más que dar gracias a los yayos y nonni, a los tíos y prima, a los amigos de lanzamiento de huevos por la ventana (hubiéramos ganado oro de existir tal disciplina olímpica) de la época universitaria y a las reinas moras, que siempre están ahí y apenas se nota la ausencia, y hacen de sol en esta neblina escocesa. Por el buen tiempo, por las risas, el aire, los "barrejats", la cháchara, las clases de natación, las conchas, las tapas,  los toboganes en el agua y los jardines de la Alhambra...



Ojalá logremos un otoño e invierno tan maravillosos como ha sido este verano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario