sábado, 28 de noviembre de 2015

Navidad II: verdades, mentiras, ilusiones....

Junto a lo que escribí el otro día, me he encontrado frente a otra situación, que más pronto o más tarde, sabía que me iba a encontrar. Y es que con dos niños acercándose a edades "peligrosas", o sea, de ser más conscientes del mundo que les rodea, para bien y para mal (a veces parece más para esto último), la Navidad es un tema peliagudo.

Un@ se encuentra manejando sentimientos, ilusiones, la tarjeta de crédito, la inocencia de los retoños y el hecho de pasarnos todo el año sermoneándoles con que digan la verdad y aquí llega esa época del año en que esto últmo te lo pasas por el forro del abrigo por mantener su entusiasmo intacto. Y que conste que hablo de Santa Claus y los Tres Reyes, no de la Navidad por sí misma ni lo que significa para nosotros y lo que sabemos de ella, que eso ya lo he dicho muchas veces.

Y luego te chocas con esos niños, ay benditos ellos, cuyos padres decidieron en su momento o desde siempre contarles la "verdad" sobre la existencia del señor de los renos (y de los señores de los camellos en España) y pum! sueltan la bomba porque sí delante de los tuyos en clase, cuando no puedes evitarlo. Y entonces tienes dos miquillos que te miran con ojos como Puss in Boots en Shrek preguntándote si lo que ese (bendito) niño les ha dicho es verdad...
Que vaya por delante que desde aquí hago un llamamiento a esos padres que deciden vivir con la verdad por delante todos los días de su vida - cosa que me parece fantástica - para que les digan a los frutos de sus entrañas que se guarden ese descubrimiento como muestra de bondad hacia los pobres angelitos inocentes cuyos padres les tienen viviendo en la terrible sombra de la mentira (por ejemplo, yo. Gracias).

Pues eso le ha pasado a V con 5 años y A con casi 8. Qué crueldad, el signo de los tiempos, en mi época uno se enteraba con 10 (vamos, que no es que sospechara antes, que sí lo hacíamos, pero era genial creerse que existía mi adorado Baltasar). Debería estar penado con cárcel y trabajos forzados del tipo cocinar pavos de 10 kgs con toda su guarnición y fregar la loza sin lavavajillas destrozar la ignorancia navideña a tan tiernas edades. Dos pipiolos, que también son hermanos y van a las mismas clases les han dicho que Santa no existe. Y están asegurándoselo día sí y día también desde septiembre, vamos, desde que aparecieron los primeros chocolates Lindt recubiertos como Santa.



Así que una toma aire, profundamente, se acuerda de estos dos niños (sin pasarme, claro) y me propongo desfazer el entuerto, dándole cierta base de verosimilitud, y adelantándoles más o menos lo que pasará. ¿Y por qué? pues porque A y V no son tontos y nos ven comprar regalos para abuelos, tíos, sobrina etc

Así es que en nuestra casa la Navidad funciona así (dejando bien claro que en cada casa funciona como les apetezca a sus ocupantes):

  • Santa y los Tres Reyes existen. A y V  han visto como la leche, las zanahorias y las galletas no están al día siguiente y a no ser que sean ellos quienes se los coman, pues entonces un punto a favor de su existencia. Como ellos aseguran que no bajan a comerlos, entonces es que existen.
  • Existen porque ellos no están despiertos para comérselos. Y no están despiertos porque saben que estos 4 señores - muy mayores ellos, por cierto - tienen muy pocas horas para ir alrededor del mundo y si en cada casa los niños estuvieran despiertos ¿no se pondrían de xarraeta y a jugar y entonces no podrían repartir los regalos? por eso no van a casas donde los niños estén despiertos, para no perder el tiempo!!!! Usemos la lógica, por favor!
  • La gente mayor compra regalos... entonces ¿Santa y los Reyes??? muy fácil, los traen a los niños, porque al fin y al cabo es el cumple del niño Jesús, y en su recuerdo, así lo hacen. Además, así se aligeran un poco, porque como hemos dicho, son muy mayores, así que mejor sólo a los nenes y los mayores, que suelen trabajar, que se lo hagan entre ellos. Pero claro cuando ellos crezcan también tendrá que ser así y A dice que él con 11-12 años ya estará listo para dejar su sitio para otro niño y que Santa y los Magos no anden tan cargados.
  • Ni Santa ni los Reyes van a casa de los que no creen que van. Porque vamos, quién iría a casa de alguien que no los quiere.... pues ya está, no pasa nada, ¿que esas familias prefieren hacerlo entre ellos? genial, así, Santa, Melchor, Gaspar y Baltasar siguen teniendo más espacio en sus sacas y más tiempo para ir a las casas donde los esperan. Todo está bien así. Y no pasa nada, tan bueno es una cosa como la otra. 

  • ¿Por qué los Reyes no suelen venir a Escocia? porque hace un frío del ..... y los camellos no andan acostumbrados a este clima y sufren, pero vamos, que por cariño seguro que muy rapidito alguna pasadita pueden hacer. Además que así nos ven a nosotros, los papis, bien creciditos y se acuerdan de cuando venían a ponernos los regalos en los zapatos....A lo mejor hasta Santa les puede dejar el trineo y él cuida de sus camellos (total, Santa puede ir traje de baño, porque en Australia lo hace y come barbacoa en la playa, pero los camellos no pueden quitarse su pelo aquí arriba... a lo mejor en Australia intercambian su medio de transporte, claro, porque hace mucho calor!!! arrea, que son listos estos 4... es que no todo el mundo vale para llevar regalos así, tan rápido como ellos).
  • Los regalos son de parte del niño Jesús porque es su cumple y es lo que celebramos. Pero al ser su cumple, ¿por qué no le dejamos a él un regalo también? V decidió que una Monster High estaría bien, pero A dice que eso es de chicas.... así que por qué no hacemos lo que hicieron con él? Cuidar de quien más lo necesite y más desvalido esté siempre que podamos. Y es que a Jesús le encantan los niños!!! Pues ea, eso hacemos.... o lo intentamos.

  • Si los Reyes vivieron en la época de Jesús y Santa (o San Nicolás) hace tropecientos años.... ¿cómo es posible que aún estén bien para todo ese trasiego? Según A "easy, it's a Christmas Miracle!!!!!" (fácil, un milagro navideño).

Pues así es la Navidad en nuestra casa. Tan buena, divertida, ilusionante, como cualquier otra.... y es que no es tanto los regalos como disfrutar de estar juntos y seguir adelante con alegría para poder cambiar el mundo y que todos los días sean como Navidad... lo poquito que podamos hacer ya será algo!





lunes, 23 de noviembre de 2015

Reflexiones sobre Navidad (I)

Ya pasó Halloween y empieza la cuenta atrás. Este finde pasado tuvimos la primera nevada de la temporada y ya los escaparates de las tiendas se adornan con toda la parafernalia navideña, y llegan los catálogos de juguetes a inundar los buzones. Bueno, lo de la parafernalia ya lleva tiempo, pero ahora está llegando a su expresión máxima.



Es una temporada que de pequeña adoraba (será porque también se empezaba a finales de Noviembre), de mayor por circunstancias me desencantó y gracias a los pichones y a su padre, pues he vuelto a medio recuperar. Sí, medio, porque una se hace mayor y crujiente y ya le cuesta creer en... como dice A, "Christmas miracles".
Y es que este mundo necesita de milagros para parar un tren y no parece que lleguen. Crisis de refugiados y atentados por todo el mundo. En París - que sí, como dije parece que afecte más y es que seamos crudamente honrados, estamos más habituados a saber de ellos en lugares remotos y más políticamente inestables, sin reglas democráticas claras, por llamarlas de una manera, que aquí en las puertas. Y siendo de España con ETA hasta hace 4 años dando por saco, debería estar habituada, pero no... no lo estoy. Por eso quizá llega lo de Mali, u otro bombardeo en Siria, o una matanza en un poblado africano y primero, que uno se entere, y segundo, que no sólo por lejanía, sino por desgraciadamente lo habitual, no se le da tanta ¿importancia? no es la palabra, digamos que no sorprende.

Pero que no sorprenda tanto no significa que no duela, o que no deje de impactar. O que no agote... o que no entristezca o que no piense uno "menuda m*** de mundo, a tomar por saco ya!!". Venta de armas, negocios nada claros, gobiernos corruptos y en una palabra, desastrosos aquí y allá, falta de educación entre los más pequeños abocados al trabajo y a salidas peores.... ¿qué co** vamos a celebrar??
Si lo que pasa en el mundo es para morirse de pena, eso de las lucecitas, los villancicos, todos con vestido de fiesta, el pavo y el árbol, los regalos, venga a gastar dinero, es pura hipocresía....es pura frivolidad. Hasta el Papa así lo siente y así lo ha manifestado. Con mucha razón además



....pero no puedo verlo totalmente así. Sí, lo que significa la Navidad es totalmente distinto a lo que vivimos hoy en día. Brutalmente opuesto, radicalmente diferente. Agua y aceite. No podemos, como cristianos, pensar en celebrar cuando nuestros hermanos sufren así, tan cruelmente.
Y me planteo varias cosas: deprimirme, sentirme con las manos atadas, personalmente, me paraliza. Me hunde y me descorazona hasta volverme apática, en un "total, para qué". El pensar que el mundo no tiene solución me deja un vacío total. En cambio, la alegría me da esperanza, me motiva, me pone en acción.

Segundo, sería una egoísta insensible si no me sintiera agradecida por mi familia, mis pichones, mis amigos, el hecho de tener una casa, comida, abrigo cuando hace frío, bastante salud.... sería egoísta, quejica y gili.....s. Eso también me parece un pecado, la verdad. No estar agradecido y feliz por ser tan afortunados es como escupirle en la cara a quien te hace un regalo o quejarte porque no te gusta. Un insulto a la providencia y a aquellos que no disfrutan estas bendiciones 24 horas al día y que darían un brazo por tenerlas un día o porque sus hijos disfrutaran de ellas.



Tercero, creo que la Navidad es el nacimiento de la esperanza y de la fe en un pequeñín desvalido en un lugar  sin lucecitas (excepto esa super estrellona que será representada en el árbol), rodeado de gente humilde y con regalos que bueno, así en frío, un bebé no necesita ni de lejos (excepto el oro, como bien dice V, para comprar de comer, porque eran pobres.... aún no hemos llegado a la simbología de los magos). En un establo que olería a estiércol de una manera alucinante, porque nadie quiso atender a sus padres. En un país sometido en el que estallaban revueltas en 0 coma y donde como siempre, poca ropa se llevaba todos los tortazos. En un mundo globalizado - sí, al menos el Mediterráneo y casi toda Europa porque no se conocían  3 continentes más con una superpotencia en control, que tenía las siglas SPQR - y donde la gente sufría esclavitud, explotación, separación, guerras, hambrunas, opresión, miedo, ignorancia, desarraigo, pobreza, enfermedad.... Mmm, no muy diferente a hoy en día si nos paramos a mirar los diarios y la tele.Jesús no nació en un mundo perfecto, de lucecitas y árboles, y compras y comidas opíparas. Jesús vino a un mundo en guerra y con odio. No celebramos Navidad porque el mundo es perfecto, la celebramos porque es un mundo doliente. Y porque queremos intentar traer esa paz, vivir con ese amor que nos fue dado y en respuesta a él.
Cuesta horrores, eso sí. Mucho. Y uno mira las redes, y la tele, y oye y ve y siente y se pregunta "¿Para qué y por qué?"
Pues porque queremos paz y amor sin límites, incondicional. Para mantener viva la esperanza y fe en que sí se puede, con tropezones, parones, cruces y mucho mucho miedo.... pero quiero creer que se puede. Necesito creer que se puede.



Las lucecitas de la calle dan una belleza especial a estas largas noches de invierno, que resultan tristes a veces y es hermoso. Reunirse la familia junta dejando atrás malos rollos y problemas, agradeciendo poder pasar unas fechas juntos...
Y en esa bendición y en ese agradecimiento no olvidarnos de aquellos que nos necesitan más.
Estar a su lado, hacer por y para ellos.

 Por eso necesito la Navidad, porque sin esa alegría y oye, una pequeñita dosis de frivolidad, que si no la tuviéramos  acabaríamos todos diagnosticados de depresión en grado máximo, no podría hacer nada. Y sobretodo teniendo niños, que son y representan tanto, sobretodo,  el futuro que queremos.



domingo, 15 de noviembre de 2015

·#Prayfor.....

Todos estamos al tanto de lo que pasó anteanoche en París. La Ciudad de la Luz se ha quedado apagada tras el asesinato de más de cien personas a manos de psicópatas con pistolas y explosivos este pasado viernes 13 de Noviembre. En distintos puntos de la ciudad, deseando vengarse, cumplir con un precepto religioso, alcanzar el cielo o vete tú  a saber qué razón.
Bueno las razones están claras: ansia de poder, odio, falta de educación y conocimientos,

Y gente que estaba pasando el viernes de una manera tranquila, disfrutando de su ocio, haciendo planes para el fin de semana etc, vio su vida alterada (si no acabada) para siempre.

El Papa Francisco lo ha calificado de Tercera Guerra Mundial, aunque aquí no son ejércitos enfrentándose, sino ideologías o mejor dicha, una contra otra. No, tampoco. Unos psicópatas victimistas contra gente inocente, ni mandamases ni soldados, gente deseosa de descansar un fin de semana como cualquier otro.

Las redes sociales se han llenado de imágenes, textos etc para mostrar consternación, apoyo y solidaridad con el pueblo francés, que está teniendo un 2015 bastante negro en cuanto a terrorismo se refiere.

Pero hay algo en estas redes sociales que me llama la atención y es lo que las hace tan magníficas y peligrosas (por decirlo de alguna manera) y que demuestran una variedad de pensamentos, prejuicios y sentimientos que resultan caóticos en el mejor de los casos. El hashtag famoso es Pray For Paris. Pero ya saltan las voces: claro, no decís o decimos pray for Beirut, o Bagdad o Siria porque no son blancos.
Y una se pregunta  ¿qué tiene que ver el culo con las témporas? ¿Por qué el que se lo pregunta no lo puso y dió el aviso a los demás? ¿es que tenemos que estar 24 hrs con auriculares puestos para que no se nos escape ninguna noticia? Porque personalmente yo de hecho no me enteré de lo de Bagdad ni de otros lugares, porque apenas leo los periódicos y veo nada y menos la televisión, y lo de París me enteré por mi marido (que sí se enteró de las otras cosas pero que a mí no me dijo nada). Y me atrevo a afirmar que como yo mucha gente igual. Que quizá se enteró de lo de París casi que de refilón y porque lo han puesto más veces en los telediarios.

Otra cosa: ni pajolera idea de cómo funcionan los medios de comunicación. Cuando ocurrió lo del avión que un pobre enfermo mental hizo estrellarse cuando iba a Alemania, los medios europeos dieron buena cuenta de ello. No así los centroamericanos o los asiáticos o los australianos. ¿Por qué? simplemente, sí, les pilla lejos. Igual que nosotros no nos enteramos si en Australia ha habido un incendio en una fábrica y han muerto x personas. Entra también el número de fatalidades en la ecuación. Y sí, será totalmente injusto, que no lo niego, pero es así. Situación geográfica + magnitud del desastre (magnitud cuantificable) y ahí se ve qué medios y de qué país serán los que se hagan más o menos eco de la noticia. Y qué países tienen más medios 8y en cierta manera más libertad de información) y cuales o no tienen o no son libres.
De nuevo, no nos daría la vida para estar informados de todo y si como siempre se informa de lo negativo, creo que acabaríamos todos realmente muy mal anímicamente....

Tercero: no suelen rezar mucho (esto es una opinión, bueno, como todo el blog, básicamente de lo más subjetiva, desde luego mucho más que las anteriores). Primero si rezamos por París, de nuevo es porque es de lo que nos hemos enterado (del modo que sea por las razones que sean)- Pero este rezo, o estas meditaciones o estas cargas de energía, pensamientos etc se hacen de una manera introspectiva, parando, en silencio (o a veces en mi caso, en voz alta con mis niños, lo que da a pie a muchas preguntas), y en esa calma y silencio y/o en esas preguntas el rezo, el pensamiento...se va extendiendo, va ampliándose desde uno mismo hasta su familia,amigos, barrio, ciudad, país...el mundo. Porque aunque sea una generalización, siempre rezas o pienas en todos los que sufren, por lo que sea. Y quieres aliviar ese sufrimiento, quieres que Dios los consuele, les de fuerzas y ánimos, ser capaces de darlos nosotros. Intentas tener respuestas, hallar una lógica a todo el sufrimiento humano (TODO) y pides protección, calma, fuerza y serenidad  para TODOS. Si tuviéramos que decir todos los lugares del mundo, es que tampoco nos daría la vida!!! Literalmente. Así que cuando rezas por París, rezas por Siria, rezas por México, rezas por El Ferrol y rezas por tí mismo y tu familia y amigos.

Entonces, esos mensajes, fotos, comentarios un poco bordes, un poco displicentes, un poco menospreciativos no los entiendo.
Tampoco entiendo y me cabrea muchísimo porque entonces se ponen al lado de los autores ideológicos de estas matanzas cuando se equipara esto al deseo independentista de Cataluña o se desea la muerte tan espantosa de esta pobre gente a los catalanes que quieren una nación propia. ¿Qué diferencia hay pues? ¿Otra vez tenemos que obligar a pensar y sentir a los demás, a rezar y creer lo que nosotros queramos? Y si no, ¿tenemos que matarlos? ¿Qué diferencia hay pues entre los que digan Allah y los que digan España es una indivisible???

Es que las campanas no doblan por los parisinos, doblan por todos. Y es que París (o Beirut, o Bagdad, o Madrid o Londres o Kabul) somos todos.

#PrayForParis
#PrayfortheWorld
#PrayforPeace