domingo, 23 de junio de 2013

Puntos y seguidos

Llega el verano, acaban las clases, y empiezan las vacaciones
Trasiego de gentes y las despedidas de algunos expats.

Esta semana he tenido 3 - una de ellas, mi querida amiga Eni, de Hungría, mamá de Nina, de las mejores amigas de Valeria, compañera de playgroups y de días de charla, almuerzos, risas, lloros, temas peliagudos y temas frívolos...... una persona que se convirtió en una de mis mejores amigas sin esfuerzo, muy divertida y muy "buena gente", siempre pendientes la una de la otra, y de nuestras peques (¿cómo lo llevarán  cuando pregunten Nina por Val y viceversa? creo que incluso ellas lo llevarán mejor)
Eni se marchó ya ayer, primero de vacaciones con su familia en Hungría y luego, dependiendo del trabajo de su marido, tal vez vuelvan a estas islas, tal vez acaben en Alemania o vuelvan a Holanda, de donde él es y donde desean quedarse ya permanentemente una vez la peque empiece el colegio.

Marina (española) y Tomoko (japonesa) se marchan también en verano, cada una a un continente diferente con todos los cambios personales que ello conlleva, y aunque con ellas he tenido menos relación (menos profunda que con Eni) tengo mis momentos preferidos y recuerdos con ellas..
Con Marina viendo una película francesa de animación, en su "sala" de cine y quedándome medio dormida (es que ver la tele en una cama es muy goloso y si vienes de un día de pelea y falta de sueño con los niños, no te cuento más!) y celebrando el cumpleaños de nuestras nenas y las cenas con las chicas del club castellano de tanto en tanto o al cine. Ah y que consiguió en su cena de despedida cambiar mi visión de los restaurantes japoneses

Tomoko fue de las primeras personas que conocí en Aberdeen y también coincidí con ella en varios playgroups, su nena y la mía jugaron fenomenalmente juntas siempre y hemos hablado desde el tsunami que asoló Japón, hasta de recetas japonesas con agar agar, y dee lo duro que está el mercado laboral, de nuestras relaciones familiares etc

Siendo verano, no se nota tanto, tal vez porque psicológicamente estamos pendientes de la marcha por vacaciones, es una época de movimiento y es como el punto y seguido hasta que llegue agosto otra vez y empiece la rutina habitual (colegios y trabajos)



Pero cuando volvamos después de estas vacaciones, no va a ser igual, porque no estarán.
Seguirá el contacto, vía facebook y mails, fotos etc ¿pero nos volveremos a ver?
¿Seguirán las relaciones como hasta ahora o se irán diluyendo hasta desaparecer? Personalmente, odiaría que pasara aunque  creo que todo ser humano tiene esa experiencia.
Soy una persona que adora tener amigos (cuantos más mejor!!) y las reuniones entre nosotros y ocuparme de ellos y viviendo fuera para mí es fundamental siempre intentar aglutinar a la mayor gente posible, no cerrarme sólo a un círculo definido por el idioma o la nacionalidad, mezclar gente, aunque me cueste a veces mucho (y siento que me cuesta y no sé hacerlo bien y me produce ansiedad), porque ya que estamos lejos de nuestro origen, pues qué mejor que formar nuestras redes de apoyo así.
Y tener buenos recuerdos a la hora de irnos

Tengo muy buenos recuerdos de las tres, especialmente de Eni, y como me pasó antes con María, una paisana que ahora vive en Canadá, una parte de mí dice "cawentóloquesemenea!" de encontrar gente maravillosa y forjar una estupendísima relación y que luego, o se vayan ellas (o me vaya yo), igggh! No vale! (quejido infantil, pero qué le vamos a hacer, c'est la vie)

Pero otra parte de mí dice "GRACIAS", gracias por haber compartido la vida expat conmigo, por el apoyo, las risas, los cafés, las cenas, las películas, los playgroups, discusiones de política, religión o potty training, por jugar con los peques, por compartir los momentos duros y los momentos felices.
Por llenar la vida de nuevas experiencias y ojalá ojalá podamos realmente vernos de nuevo algún día, sea aquí o en España, Japón o Hungría, Venezuela o Canadá. Sinceramente espero que sí










PD La primera foto pertenece blog babyology.com.au  

martes, 11 de junio de 2013

Rendirse

Llevo un par de semanas bastante... bastante.
No han sido las más alegres ni mucho menos y un suceso vino a hacer tambalear lo poco que quedaba en pie tras unos días bastante horrorosos (y me refiero al SPM).

Y me ha dado que pensar, puesto que decidí dar un paso atrás y estar como mera observadora puesto que no había fuerza ni energía para involucrarme en esas rutinas diarias, esos contratiempos mínimos y esas pasiones personales que llenan los días.
Ni deberes ni feria de verano del colegio ni excursión aquí ni visita allá. Sólo lo justo (aunque sin ganas) por los peques y por mí - una tarde de sol en el parque , las clases de fitness, y nada más.
No había cuerpo ni ánimo.

Esta semana pasada me dí cuenta que hay batallas que se pueden perder y que la única salida que a veces se encuentra es perderlas para ganarlas. Y asusta, asusta mucho.Y ayuda a relativizar (algo). Y obliga a seguir buscando o bien, esperar que pase y acordarse todos los días de hacer algo, sea respirar, que hacer la comida, o leer, rezar, ver la televisión...

No sé si será coincidencia, pero justo en estos días estoy leyendo un par de libros que han  ido por ahí, la nueva novela de Marian Keyes (The Mistery of Mercy Close) y The Sacred Scripture. Con la última casi ni empecé, no pude pasar de las diez primeras páginas puesto que ya empezaba el terremoto dentro; la primera la acabé ayer y vi una explicación justa y real sobre cómo vivir estos temas (sí, siendo Marian Keyes pues tienes un montón de bromas y frivolidad que enmascaran el meollo) así que en ello andamos, en vivir sin rendirse para poder disfrutar otra vez y reír a carcajadas sin miedo.






Gracias a todos los que siempre estáis ahí

martes, 4 de junio de 2013

Cosas de niños

En la otra entrada hablé de una cosa de los niños del colegio del peque y que me encantó (aunque eso sí, espero que no se repita, la verdad, porque lo paso un ratico mal).
También sobre el problema de los deberes (me estoy quedando atrás, ay ay, no he sabido pronunciar una palabra que me preguntaba de un libro que leía) y creo que se va a ir complicando, pero poco a poco iremos resolviendo, los dos a la vez.



Pero este "expat child" también me regala momentos muy divertidos.
Para muestra varios ejemplos

Este sábado estamos comprando en un hipermercado y se nos pierde, no es que sea enorme el lugar pero claro con tantos pasillos....Obviamente donde la verdura no estará, y menos aún donde la limpieza. Empezamos a llamarle y entre R por un lado y yo con el carro y la nena por otro buscando, al final se me ocurre ir al centro de atención al cliente y allí me lo encuentro, hablando con una encargada y otra señora.
El alivio fue inmediato (aunque de los nervios una no puede evitar enfadarse un poquillo) y me maravillo de lo inteligente que fue al acercarse allí y pedir ayuda
Pero cómo pidió ayuda, eso fue lo mejor.Traduciendo, el peque se lanza y suelta
"He perdido a mi papá y mamá y mi hermana"
"¿Cómo se llama tu mamá?"
"Esther"
"¿y tu papá?
"papá"  (de toda la vida)

O esta mañana, que decide que ya no lo llame "Alejandro" sino en inglés
"¿Alexander?"
"Noooooooooo, en inglés se dice Alihandrou!! Y yo soy scottish....."
"Y papá y mamá son españoles"
"No, papá es italiano!! y yo bueno yo ya no voy a ser scottish, voy a ser italian, porque allí hace más sol y se come pasta y pizza y ice cream- heladoooooooooooooooo! Y cuándo volvemos a Italia?"
"Cariño, tu nunca has estado"
"¿Ah no? pues tenemos que coger el avión e ir.. ¿vamos mañana?"

En esta casa, como ya he explicado, tenemos 3 idiomas, italiano,español e inglés. Los peques se comunican conmigo en español básicamente y a veces inglés (por los libros que leemos  etc) , con su padre aunque lo entienden perfectamente en italiano, se comunican en español, nunca en inglés - no lo han visto desenvolviéndose tanto como yo en inglés, sí en cambio en español.. Pero me doy cuenta que piensan en inglés, básicamente, y se sorprenden cuando alguien a quien conocen en otro ambiente y lengua se dirigen en inglés a ellos. Se sorprenden y en cierto modo lo rechazan

Viendo Toy Story 3, la primera vez, a Buzz Lightyear lo cambian a idioma español (mientras los demás muñecos siguen obviamente hablando en inglés)
La risa de Ale y su sorpresa, fueron mayúsculas y en un puro castellano que casi ni el Quijote me suelta
"Mamáaaaaaaaaaaaaaaaa, Buzz habla en español como tu!!!"



Y no se vayan todavía, que aún hay más (pero para próximas entradas ;)  )










Pd imágenes obtenidas del Blog "Your Expat Child" y del periódico The Guardian